viernes, 28 de octubre de 2011

El importuno

Os dejo el enlace de un periódico digital universitario bastante interesante... ¡Hay material para todos los gustos! Tengo el honor de participar en él escribiendo mis reflexiones así que el segundo enlace es el de mi primera aportación. ¡Espero que os guste!

http://www.elimportuno.com/
http://elimportuno.com/component/k2/item/7557-altas-dosis-de-honestidad

viernes, 14 de octubre de 2011

Emp-manías

Tiendo a psicoanalizarme tanto que a veces no sé si es peor el remedio o la enfermedad.
Ésa es una de mis manías. Nunca dije que que estuviera totalmente libre de vicios. A pesar de que el tabaco no me tizne los dedos, que el café no amarillee mis dientes y que el alcohol no vuelva etílico mi hígado, tengo mis extrañas manías que, aunque no pecan de insanas, hacen que todo mi "yo", todo ese compuesto que conforma el "yo, mi, me, conmigo" cobren un tinte, cuanto menos, estrafalario.

Es increíble la capacidad que posee el ser humano de ser tantas personas en una sola. De llevar tantas vidas a cuestas, en una sola vida. Y, mejor aún, sobrevivir a la responsabilidad que eso conlleva... capacidad de adaptación lo llaman algunos. Inteligencia, lo llaman otros tantos que prefieren no andarse por las ramas.

*inteligencia

  1. f. Facultad de conocer, analizar y comprender.
  2. Habilidad, destreza y experiencia.

Lo más interesante de todo, es aprender a vivir creando armonía entre nuestras propias manías y las de los que tenemos/queremos cerca. Ahí es donde reside el mayor obstáculo de la "inteligencia". Aprender a aceptar a los demás en toda su complejidad, en todo su entramado de retorcidas ideas y sus umbrales emocionales, o bien con su llanura y simpleza.

Pero a mí no me interesan las dificultades, ni todas esas nimiedades que crea la vida para proteger sus más bonitas experiencias del alcance de cualquiera. Esa arma con la cual crear un filtro donde se queden los cobardes, los que se dejan guiar ciegamente por su ego, los practicantes del deporte olímpico de "mirarse el ombligo" y otros tantos no aptos que se han creído por un momento que sin empatía podían llegar a conseguir algo que mereciera la pena.
Hablar de eso sería tocar un tema demasiado cotidiano, burdo y, por desgracia, realista.

A mí me gusta más soñar despierta. Yo qué sé. Es mi manía. Me encanta cuando unos vicios -sanos- se funden con otros. Cuando dos personas (a veces más, en ocasiones, incluso familias enteras) tejen una telaraña de excentricidades que se nutren la una de la otra. Cuando no hay más que pura comprensión y aceptación. Y sobre todo, cuando el simple atisbo de un inicio de malestar, proveniente de la otra araña obrera, es aniquilado con un poco de psicoanálisis casero y una dosis diaria de fórmulas chinas.