martes, 31 de agosto de 2010

Somos

Dibujaron bosquejos aislados de futuros inciertos y brindaron por ello con las copas vacías del champán que ella nunca quiso que mojara sus labios.
Cuan organizado es este caos que todo rige, que sobre todo gobierna. Resulta que a pesar del aparente desorden, todo está estratégicamente estructurado, todo se dispone sobre una tela de días que cuentan meses y forman calendarios, todos llenos de casualidades no tan casuales.
Hubieron silencios cargados de música. El tiempo se congeló, las manecillas del reloj cumplían en vano su función, sin que ninguno de ellos le prestara demasiada atención. ¿Había acaso que madrugar?
No existían los tardes ni tempranos.
Por unos días, daba igual si el sol salía por el oeste y se ponía por el este. No importaba si la estrella polar no estaba cerca de la osa menor o si Neptuno pasaba de ser el Dios de los mares, las nubes, las lluvias...a convertirse en el nombre del centro comercial más cercano.
Deshizo los nudos de su cabello, y ya de paso, los de su corazón. Desenredó mechones de miedos y desenmarañó sentimientos revueltos, con una trayectoria dudosa pero un claro destino: el salón lo decorará ella.
Él aportará la constancia que necesita cuidar de una mascota. Sus clínicas tendrán té y pizarras. Y no, no harán planes. Solo algunos esbozos que dibujan un sueño ahora válido y ahora presente.
No guardará trastos debajo de su cama que impidan que fluya la energía correctamente.
Pulcro almacén recientemente vaciado y limpio hasta en la última esquina.
No se gafa un "somos" por repetir sin querer costumbres que componen la esencia de una persona.
Se acabó esa canción. Se acabó el silencio.

domingo, 22 de agosto de 2010

Divagando

Paseando tranquilamente, sin prisa, sin tiempo. Sin minutos de más, horas de menos. Relacionando calles y sensaciones. Observando la cara de aquellos transeúntes con los que me cruzo en mi camino. Con un destino fijo postrado junto a un abanico de alternativas que me pueden llevar hasta él. Preparando improvisaciones. Secundando a mi misma en mis propias decisiones. Imaginando mañanas.
Hace tiempo que quiero gritar al mundo que me gusta andar rápido intentando esquivar rayas de baldosas.
Hace tiempo que me di cuenta de que soy valiente solo por el hecho de reconocer mis miedos y querer afrontarlos, por mucho que éstos me hagan temblar, me tambaleen las piernas, me petrifiquen los tobillos o me encojan el estómago.
Hace tiempo que me di cuenta de que asocio las cosas a modo de canción-momento, olor-situación, olor-persona, olor-lugar.
Hace tiempo que me di cuenta de cuánto desconcierto a la gente a pesar de lo clara que creo ser.
Y me siento y observo. Y te recuerdo y los recuerdo. Y deseo. Y sueño. Y espero. Y escucho. Y anhelo. Y pienso en los puntos suspensivos. Y no pienso en un punto y final.

domingo, 15 de agosto de 2010

Descarga

Llevo todo el día evitando entrar aquí y empezar a desahogarme. Precisamente por eso, porque no quería admitir que necesitaba soltar el peso que hoy me aplasta.
Veréis, no es nada novedoso, siempre me ocurre lo mismo en estos casos. Sentimientos bidireccionales, opuestos e incongruentes.
A tres, quizás dos, días de sumergirme de nuevo en pleno mundo estudiantil, empieza a inundarme la morriña que da el despojarse de la rutina que había creado.
Cerca del 7 de julio hablaba de ambivalencia de sentimientos, de querer/no querer irme de Granada. De desear/no desear volver pronto. Hoy ocurre algo parecido.
Necesito estudiar, inauguro septiembre con un examen que a día de hoy sigue sin estar pulido y Carboneras no permite el lujo de centrarme en mis asignaturas. Es fácil caer en la tentación de tumbarse en el jardín a mirar las nubes, el sol...todo el cielo al completo. Como fácil es abandonarse al sonido de los pájaros, al cuidado de una madre, a la diversión que ofrece una familia espontáneamente dinámica, dinámicamente espontánea.
La oportunidad de ver a los amigos, que en menos de un mes partirán, y de nuevo todos lejos. De nuevo amistad envasada en sobres que parpadean intermitentemente en la bandeja de entrada a modo de "tienes un mensaje nuevo".
Mi cama, mi gato, mi playa... todo a dos horas de mi de nuevo.
Sin embargo llega Granada. Me apetece incluso estudiar Análisis, Social...lo que me pongan por delante. Tengo ganas. Igual que tengo ganas de decorar mi nueva habitación, rellenar de comida los armarios de mi aún impoluta cocina, revestir los sofás, empañar el espejo del baño, comprar flores y darle aires de vida a mi otro hogar. También está la sensación de autosuficiencia, de independencia. Y están él, ellos y ellas.
En definitiva, aquí me encuentro, deseando empezar a echar cosas a una maleta que me entristece hacer. Una vez más conviviendo en mi cuerpo las infinitas ganas de Granada con el nudo en el estómago que una despedida importante siempre genera. "Despedida..." solo serán 3 semanas...

lunes, 9 de agosto de 2010

Se llama Ana

El contador de su vida ya marca tres días. Ana, con ojos almendrados, nariz de su madre y labios de fresa, ya está aquí. Un deseo por fin tangible.
Es una vida más en el mundo. Es un antes y un después para una familia.
No sabría describir lo que sentí al verla por primera vez, ni siquiera puedo expresar el vuelco que dió mi cuerpo cuando me avisaron de que estaba en camino. Y tampoco podría hablar, si me remonto a Diciembre, sobre las primeras lágrimas de emoción que aparecieron ante la confirmación de un embarazo.
Sus deditos finos, pequeños y delicados, su suave piel, su pelito de seda, el aroma que desprende, su cabecita redonda, la inexistencia de sus cejas, sus minúsculas uñitas, su espaldita abarcable por una de mis manos...su dulzura, su tranquilidad, su mirada perdida, su constante movimiento, las expresiones de su carita...su sola presencia, hacen enmudecer hasta a la más parlanchina del lugar.
Después de 9 meses esperándola, ya tengo toda la vida por delante para disfrutarla.
Tanto amor en apenas 2 palmos. Tantos sentimientos destinados a "algo" tan pequeño y delicado.
Tantas ilusiones depositadas en una personita que acaba de estrenarse en el mundo.
Han pasado solo tres días, pero la estoy queriendo desde hace mucho tiempo.
Bienvenida al mundo enana.

miércoles, 4 de agosto de 2010

domingo, 1 de agosto de 2010

Abriendo etapas

Blanco impoluto. Como la nueva hoja a la que me enfrento.
Después de coleccionar las páginas escritas en este primer año, las archivo con cariño en mi memoria, las conservo cuidadosamente en mi corteza y doy pie al prólogo de una nueva etapa.
Las manos impregnadas de energía procedente de todo el resto de mi ser, buscan empezar a dar forma a todos los sentimientos que se agolpan en mis entrañas, los que para no quebrantar la rutinaria forma de actuar, requieren a gritos una fuerte estimulación.
Noto como todo se hace cada vez más y más diferente, como las sensaciones, los pensamientos y transcurso de los días distan cada vez más de lo que algún día fueron.
A veces me siento extraña en la cama que me acogió 19 años, la que comodamente me envuelve en sus lazos cada vez que me tumbo en ella a recrearme en el suave tacto de sus sábanas, en su aroma a suavizante de madre. Entonces me encuentro a mi misma extrañando un colchón minúsculo que lleva días contados en mi vida y que está situado frente a alguna pared de un cuarto que ya me pertenece en la distancia.
Noto como el verano no es igual, como todo lo que me rodeaba se ha despojado de su habitual vestimenta, como todo lo siento nuevo.
Las personas representan un novedoso papel en mi vida y yo intento adaptarme al guión no escrito que estoy viviendo.
Todo sabe diferente. Apenas soy una recién nacida que va cobrando experiencia en un mundo nuevo en el que REALMENTE imperan las sensaciones intensas y el dejarme llevar por lo que YO quiero, por lo que YO siento. Sin más planes futuros que la mera espontaneidad y lanzandome de cabeza a los veloces trenes que pasan frente a mi.
Viviendo como quiero vivir. Durmiendo días si así me apetece hacerlo y sin pestañear si asi decido que lo quiero.
Todo esto se torna más dulce y especial cuando miro a mi derecha y a mi izquierda y me encuentro con gente que quiero. Con gente que desea lo mejor para mi. Que no perturba mi paz. Que colabora en mi bienestar. Que se lanza a trenes conmigo. Que me agarra de la mano y sin mediar palabra me acompaña. Me vienen varios nombres a la cabeza, cada uno evocando en mi un sentimiento especialmente diferente. No puedo evitar sonreir y sentirme melosamente dichosa.
Tengo tantas ganas de abrazar personas, momentos, habitaciones y sensaciones, que siento que mis brazos pueden abarcar cualquier cosa que se les antoje apetecible.
Toda una macedonia que provoca un inmenso regocijo en mi interior...
Esta vez no doy rodeos en mi camino. Sigo una linea recta cuyo horizonte no puedo ni percibir, una linea recta con pendiente dudosa que a fin de cuentas resulta ser siempre un sendero en el que todo está colocado de manera estratégica según un plan que tiene ya los esbozos trazados.
Y no, no existen las casualidades.
Sé que me vienen cosas enormemente estupendas. Cosas que ahora mismo no puedo ni llegar a imaginar. Estoy preparada. Llevo toda la vida esperando estos momentos.
Allá voy.