sábado, 24 de julio de 2010

Principio

No recuerdo cómo comenzó. Ni siquiera sé cuántos años tendría. Simplemente un día llegaron a mí cosas que decir. Temas diferentes a los que los demás trataban. Sin mayor o menor envergadura, pero que evocaban en esa chiquilla que por aquel entonces era, unas ganas incontrolables de empezar a escupir tinta con su boli bic o su lápiz de grafito 2B medio mordisqueado.
Niña abierta y espontánea con una contradictoria tendencia al retraimiento que comenzaba a darle una utilidad a esas horas solitarias y muertas. Compartían su tiempo con una extraña congruencia las barbies y los cuadernos. Las palabras y los balones.
Y qué más daba lo que pudieran pensar de mí, qué más daba que volcara mi tiempo en intentar rimar palabras o que realmente disfrutara de las clases de literatura. Me daba igual lo que dijeran, de nada me serviría esconderme en el parapeto de las apariencias. Yo no funcionaba así. No era feliz así.
Y con un paupérrimo vocabulario, prescindiendo por completo de palabras como "procaz o hierática" empecé a crear cosas que bien poco valen y que provocan más carcajadas que admiración, pero que sin embargo constituyen los cimientos y el primer paso, del pequeño camino que hoy por hoy llevo andado.
Me encuentro con más gente de mi humilde calaña. Algunos increíbles con textos que rezuman talento, otros menos brillantes. Todos con una sensibilidad especial de las que solo los que tienen el valor de intentar describir algo como un amanecer pueden adjudicarse.
Así que cosiendo palabras invierto gran parte de mi tiempo. Palabras que no van a parar a ningún lado. Como mucho, al recuerdo de aquellos que seáis capaces de aguantar mis andanzas por las ramas y mis intentos de expresar cosas inexplicables.
Como leí una vez por algún lado "las palabras andan sueltas, sin dueño", hay quien tiene por oficio vender palabras, los hay que las regalan. Y algunos nos sentamos delante de la pantalla de nuestro ordenador y empezamos a acariciar las teclas sorprendiéndonos del resultado, y desconociendo qué dirá el siguiente conjunto de letras tanto como vosotros que leéis los textos por primera vez.
Espero que esta rutina que arrastro desde que alcanzo a recordar no se aleje nunca de mi.
Buen penúltimo sábado de Julio para todos.

domingo, 18 de julio de 2010

Buenas noches

Empieza justo en el centro. No sé si en el estómago. Luego se dispersa por todo el cuerpo velozmente. En cuestión de milésimas de segundo todos los recovecos han sentido el impacto de su expansión. Tan pronto como cesa el impulso, permanece un agradable cosquilleo. Una adictiva sensación de bienestar.
Como aquella mariposa que se escapó del mariposario un día de Marzo y vanamente traté de atrapar. Ingobernable.
Esta vez son muchas más las que se mueven.
¡Y a veces solo necesita una palabra para despertar en mí algo así! Pero cuando combina más de una... entonces...entonces hace mágia. Llámalo don. Llámalo inspiración. ¡Qué más da el nombre!
Sí. Es tarde. He perdido la noción del tiempo. Ya me voy...pero antes de irme...esta vez no se me olvida...
¡Un beso...beso!

sábado, 10 de julio de 2010

un 10 de julio

Algo grita con ímpetu en mi interior una indescifrable serie de palabras.
Con ganas de Septiembre una vez más.
El oído me taladra el ánimo y los resquicios de esperanza se me taponan sin defensas.
Queda mucho verano. Toda la gente por ver. Millones de planes por hacer... tengo tantas ganas que a veces me nublo y me saturo. Entonces me doy cuenta de que estoy aquí, tumbada en mi cama. Una vez más relegada por mi salud. Que pase ya.
Y como si de un viaje astral se tratase, paseo mi mente allá por donde me gustaría estar ahora. Me permito colarme en el futuro y observar qué ocurre. Y me encanta.
Hasta entonces queda parte de un julio y de un agosto, que prometen mucho, pero ahora, sin embargo, estoy fuera de juego. KO.
Quiero participar. Quiero empezar.

martes, 6 de julio de 2010

Despedidas.

Cenar sobras. Poner lavadoras que borren las huellas arraigadas a los tejidos. Desflorar rincones. Desnudar paredes. Doblar toallas. Apagar velas. Guardar varillas de incienso aún reciclables. Volcar cajones en maletas. Guardar momentos en cajas.
Dotar de destino a objetos. Dar nuevas funciones a cosas que habían perdido su uso original. Tirar todo lo que ya no vale. Ya no sirve. Fuera. Desprenderse.
Guardar aquello que aún merezca la pena. Seleccionar, organizar.
Paro. Suspiro. Descanso. Observo mi poco temperamental cuarto. Mi futura antigua habitación. Continúo. Inciso. Anything.
Le hago una liposucción al simpático cerdo que custodia mis prendas. Echo un vistazo al caótico nido de zapatos. Mejor lo dejo para el final.
Infinitas ganas de irme. Motivada a volver.
Curso de mañana...cruzo los dedos.
Me despido con sorna de mi cama. Dos noches estúpida, nos quedan dos noches.
Sevillana...cordobesa...(de los pies a la cabesssaa). Empezamos a dibujar el paréntesis. Os quiero. Os espero.
Primer año de psicología, despidámonos con un cordial intercambio de miradas en el que yo te agradezco infinitamente todo lo que has hecho por mi a cambio de que tú me dejes libre el mismo 1 de Septiembre.
Hallazgo. Disfuta el verano. Nos vemos en época de virgos. Gracias por el broche final.
Abro la lavadora. Saco la funda que respaldó mis escasas horas frente al televisor. La tiendo. He conseguido tender sin que ninguno de mis retales intentara sucidarse. Intentarlo lo intentaron...pero sin fruto alguno.
Biowest...gracias por abrir tus puertas a borrachos que amenizan mis tardes con sus breves irrupciones.
Se me cierran los ojos. Se me entornar...se me cierran de nuevo. Lucho porque no se entornen. Que voy con todo social...¡tengo que estudiar!
Un té de canela y manzana con sabor a recuerdos de Fátima. Una canción que me suena a María. Y un olor a hogar y a mi gente que reclama con vehemencia mi atención.
Queda un martes y medio miércoles.
Abro el grifo de la ducha y me sumerjo en este momento.
Buenas noches Granada.

sábado, 3 de julio de 2010