jueves, 7 de marzo de 2013

La despedida


La Biodescodificación cesó mi necesidad de escribir para liberarme, básicamente porque eliminó la palabra “necesidad” de mi interior. Necesitar implica la existencia de una carencia que queremos cubrir  y he dedicado, y dedico, mucha energía  para sentirme completa sin tener que recurrir a métodos que más que una catarsis suponen una adicción a compartir algo que por dentro me queda grande. Ya no hay sentimiento que me pueda superar. Escribir, por lo tanto, no es ya una herramienta necesaria para liberarme de algo que me oprime el pecho o que se me escapa por los dedos, sino que es una forma de entregar, con amor y libremente, un mensaje al mundo.

Diría que estos últimos meses han sido especialmente intensos, pero entonces echo la vista atrás y me doy cuenta de que he tenido una vida muy intensa de la cuál he aprendido mucho. Sin embargo, es sobre todo en estos últimos cinco años cuando más rápido se han sucedido las enormes y valiosas lecciones que he ido asimilando e integrando. ¡Qué agradecida estoy por ello!

Entre todas esas cosas que he aprendido, sin duda, lo más valioso ha sido comprender y experimentar el amor incondicional en todas sus formas y reconocer el valor de uno mismo, que al fin y al cabo, es otra forma más de amor.

He aprendido que nadie que no me valore merece mi amor, porque éste es digno de ser ganado ya que es muy grande y valioso. He aprendido a ver a mis espejos, a conocer mi sombra, y a aceptarme a mí misma con ella, pues cada uno de nosotros es un ser perfecto y mi sombra no es menos valiosa que mi luz. Todo está en equilibrio.

He aprendido a desarrollar mi intuición hasta el punto de comprender casi en todo momento qué mensaje tiene el Universo para mí y cuál es el camino que debo seguir. No necesito perderme en preocupaciones o preguntas sin respuestas, pues sé que en cada momento estoy donde tengo que estar y donde tengo una tarea asignada. Y puesto que el momento presente, el ahora, es lo único que importa, no necesito volver al pasado y mucho menos vivir con la mente en el futuro, pues aquí, en este preciso lugar y en este preciso momento, está todo lo que necesito para ser feliz.

He aprendido también que todo lo que necesito está en mi interior. Que no puedo cambiar nada de mi vida o de mi entorno, pero sí puedo cambiar yo, y todo lo demás cambiará conmigo. Por ello, una vez excluida la palabra “necesidad” de mi ser y de mi vocabulario, el apego no cumple ninguna función útil y entonces llega el momento de abrir las manos y desprenderse. Todo lo que no tenga que estar en mi vida caerá, se alejará de mí. Y yo le daré las gracias por todo cuanto aprendí de ello, porque su función fue muy importante y esencial, pero toca seguir adelante y solo continuará aquello con lo que comparta la misma sintonía, aceptación y amor incondicional.

He aprendido que el miedo, único sentimiento que existe además del amor y del que parten emociones como la rabia, la ira, la negatividad, el rencor, la tristeza, los prejuicios… no sirve para nada y por lo tanto, como todo lo que ya no es útil, hay que dejarlo ir… abrir las manos una vez más para soltarlo y desprenderse. No hay que tener miedo porque nada puede salir mal ya que todo tiene una razón de ser.

He aprendido a ser honesta conmigo misma, a no ir en contra de mis sentimientos. A decir “no” cuando por dentro siento un “no” y a decir “sí” si mi interior siente un “sí”, y vivir con esa coherencia entre sentimiento y acción, no solo me hace ser más sincera conmigo misma sino que me hace ser más honesta también con los demás. Esa honestidad nace de mí en el momento en el que me valoro, en el momento en el que me permito ser yo misma, no quien debería ser, quién mi familia o mis amigos o antiguos amigos desearían que fuera o siguiera siendo. Me permite ser yo, mostrarme como soy, y esa es mi gran valía.
He aprendido que se puede soñar con los pies en el suelo. Que se pueden cumplir los sueños, pues una vez te has librado del miedo, ya no tienes ningún obstáculo que te impida ir a por lo que deseas. El Universo te guía, entrégale tus inquietudes y camina de su mano, nunca te llevará a ningún lugar en el que no debas estar.

He aprendido que nada que no me genere ilusión, emoción, pasión… amor, merece la pena ser realizado, pues ello implicaría incoherencia conmigo misma, y dado que me acepto a mí misma totalmente, no tengo que ser nada que no quiera ser.  Además, también he aprendido a no mendigar amor, a dejar de ser la amiga que siempre está aunque tú nunca estés, la que siempre llama a tu puerta aunque tú no llames a la suya, porque ya no necesito que me quieran. Ya no necesito que me valoren, porque me siento bien conmigo misma y nadie tiene que completarme.

Cuando comprendes todo esto es más fácil querer. Pues quieres libremente, sin interés ni carencia. Quieres a una persona por lo que es no por lo que necesitas que sea para ti.

Dejar de pensar automáticamente y empezar a sentir, purificar el inconsciente y contemplar la vida desde el amor, son cosas que han hecho que deje de perderme en banalidades. Y aunque todavía, y por suerte, me espera un gran camino que andar y muchísimas cosas por aprender, al menos sé que mi intuición es mi guía y que siempre que ésta continúe de la mano del Universo las cosas fluirán, tal y como hasta ahora ha estado ocurriendo.

“Ama. No me refiero tan solo al amor hacia otra persona. Amar significa estar disponible para los milagros, para las victorias y las derrotas, para todo lo que pasa durante cada día que se nos permite caminar sobre la faz de la Tierra” (Paulo Coelho)

Este blog nació en el momento en que cerré una etapa que fue muy dura para mí. Poseo Anhelos Inmortales en mí supuso la primera página en blanco de una ansiada nueva vida llena de grandes momentos y enormes personas. Sin embargo, este rincón ya no es lo que era, su función ya ha sido realizada y por tanto, también toca desprenderse. Tengo mucho que agradecerle a este blog, pues fue el mejor consuelo cuando necesité cobijo  y el mejor confesor cuando necesité contar algo. Pero como decía al principio, ya no escribo porque necesite expulsar sentimientos de mi interior, ya no escribo porque salgan de mí a borbotones las palabras que por dentro no me caben. Puede parecer una tontería, pero cada una de estas entradas, comprendía un cúmulo de sentimientos intensos que me sobrepasaban, así que en estos cuatro años, he generado estrechos e intensos lazos que ahora toca deshacer.
Encontraré otro lugar, un nuevo espejo en el que reflejarme, pero seguiré expresándome, esta vez, para compartir un mensaje que por grande que sea, no se escapa de mí.

Gracias por todo y gracias a todos.

Verónica.

Una gran obra y una gran fuerte de inspiración “El Universo está en Ti”, de Celia Quílez.

viernes, 15 de febrero de 2013

Miguel D'Ors

Aún recuerdo, mi primer año de instituto, cuando Doña M. Justa mandó como lectura obligatoria "El diario de Paula". Lejos de suponer para mí el lastre en el que los libros endosados suelen convertirse, releí y devoré ese libro una vez al año, hasta mis diecinueve. De él extraje, además de una intensa curiosidad por conocer la costa de Cadaqués, el que se convirtió en mi fragmento literario favorito. Su autor, Miguel D'Ors. El poema completo, con mi fragmento favorito en negrita, aquí está:

"Suponte un mundo fácil.
Suponte que supieras hablar sencillamente con un árbol,
dónde tiene su cueva el viento del Oeste
o qué parte del mar han sido lágrimas de gente como yo...

Suponte que, de pronto, eres experta en nubes,
que conoces sus nombres, toda su mansedumbre,
que nosotros tenemos los ojos claros, limpios
de mirar fijamente tanto tiempo una estrella,
que te digo que tienes el corazón a pájaros
porque no estaban muertos los niños que hemos sido...

Suponte qué hojas nuevas brotarían,
qué manzanos en nuestros corazones,
si los pasos que damos fueran siempre de esperanza,
si nos nacieran alas como en sueños
y si la risa fuera de colores y no de blanco y negro...

Suponte que este canto tiene el ritmo del viento,
suponte que volviéramos a ser aquellos niños obedientes
de cada seis de enero, con balón y muñeca,
cuando aún no había caido aquella monarquía
de los tres Reyes Magos en nosotros,
suponte que tu almohada está llena de sueños
y de Caperucitas y de Pajarolocos
y que fuésemos buenos como sapitos tristes
de hace ya muchos años
o que lloviese un poco, una lluvia sencilla y como dibujada,
propia de niños buenos...

Suponte que al decir tu nombre se me llena la tarde de palomas,
que los árboles son un adorno muy fácil,
que me gritas TE QUIERO en el Valle del Eco
para que yo lo sepa mucho tiempo más tarde,
para que yo te quiera mucho tiempo más tarde...

Suponte que surcase un dedo mío el gran río nocturno de tu pelo,
suponte que me encuentras en las gotas de lluvia
o que tenemos cita en los abecedarios de una escuelita vieja
o que ya distinguimos los bosques por sus voces
o que somos dos globos de fiesta, dos globos...

Suponte que inventamos un país tan sencillo
que se parece a un sueño
y entre los dos le damos un nombre estrafalario
como AMOR, por ejemplo,

y luego lo llenamos de viento; y de caballos,
porque sé que te gustan los caballos...

Suponte que tu pelo está lleno de rosas
y yo tengo las manos empapadas de escarcha,
suponte que tú eres Blancanieves,
suponte que tú eres Mary Poppins; o la Bella Durmiente.
Suponte que tú eres, si, la Bella Durmiente, y yo el sargento Pepper
que vuelvo de la guerra con canciones,
que vuelvo de la guerra y voy a verte;
suponte que hemos hecho la cabaña en los montes
y buscas una estrella para cada ventana,
suponte cumpleaños de todos los colores,
suponte libertad de pájaro o de núbe...

Suponte solamente, te lo pido,
imagina tan sólo,
que por tu frente un beso es el Pájaro Blanco
y nunca te me vayas."

AGORA QU'INDA É TEMPO DE CIREIXAS

lunes, 28 de enero de 2013

Cambios

La naturaleza nos dice: cambia.
                                      P. Coelho

Con la entrada del 2013 no solo se liberó el caducado calendario y se repuso con uno nuevo. Sino que además, junto a la debilidad aparente que la gula y la somnolencia infinita representan, vino toda la fuerza que la libertad otorga. Y con todas las consecuencias que las libres elecciones suponen.
Que el 2012 estaba poniendo las cosas en su sitio ya se sabía, pero que la vida tenía tantos grandes y hermosos cambios reservados para mí al final de sus días, sí que me sorprendió. El año acabó como una traca de fin de fiestas; rotundo, intenso, casi ensordecedor. Alterando por completo la comodidad que otorgan las cadenas del inconsciente y el sosiego de mi zona de confort.
Él marcaba sus prioridades, que se venía conmigo a Granada decía. Y yo me tenía que escuchar y tenía que decidir. Decidir sin mendigar amor, sin pretender que todo el mundo lo comprendiera o lo aprobara, sin pensar en nada más a la hora de tomar una decisión vital, sin darle cabida al miedo, ya más que dominado. Vivamos juntos. No puede ser de otra forma, dije yo.
Los grandes proyectos se acumulan y se desarrollan con la portentosa fluidez que caracteriza a todo lo que va en sintonía con el Universo. Las manos se preparan para otra inyección de purpurina, el inconsciente empieza a verse acorralado y desintoxicado, los milagros se suceden y las señales nos refuerzan el camino que escogemos con sus gritos lazarillos.
Y las personas se mueven, y unos momentos pasan y otros llegan. Y el apego inseguro brilla. Brilla precisamente por su ausencia.
Y nuestra nueva cocina, aunque casi carente de "cocina", será testigo de grandes manjares, porque en esta nueva etapa los m2, no son valiosos por su cuantía sino por la calidad de lo que albergan.
No se puede intentar cambiar. Sin embargo, cambiar si es posible. 

lunes, 21 de enero de 2013

2013

Se avecinan cambios. Más cerca de ti. Más cerca de mí.

"Porque el camino correcto es camino de la naturaleza: en constante cambio, como las dunas del desierto"
Paulo Coelho.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Reflexión sobre el sistema educativo


Si buscas resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo” dijo Albert Einstein. Adoptaré esa frase, para definir el sistema político de este Estado y, en especial, las numerosas reformas educativas, que si bien son diferentes, vienen todas a ser lo mismo.

A día de hoy, ni el personal docente, ni los alumnos, ni los padres, están a favor de este sistema educativo que nos imponen, tan vacuo como grande es el fracaso académico que genera y tan incapacitado que no podría crear sino la desmotivación que impera en las aulas. Y yo me pregunto… ¿En base a qué se crean y cambian las reformas en educación? ¿Cuál es la urgencia que exige tantos cambios? ¿Queda ésta resuelta?
Hay numerosos flancos abiertos por los que se puede atacar. Empecemos por las aulas. 

La desmotivación de los alumnos está más que justificada. Solo importa que los niños adquieran conocimientos, sin reflexionar sobre su contenido o utilidad. Los alumnos se preguntan la utilidad de la cantidad de información que tiene que engullir. ¿Para qué sirve la sintaxis? ¿Por qué querría yo conocer los afluentes de los ríos de España? Pero no reciben respuestas. A sus ojos, lo único que importa es escupirlo todo en un folio, que ya después serán libres de olvidar.

En la eterna cuestión de a quién le corresponde el papel de educar a los niños en cuanto a ética, moral y actitud, yo tengo la respuesta muy clara. Las familias enseñan, o mejor dicho, inculcan sus valores y creencias a los niños, haciendo de éstos copias de sí mismos, desprovistos de una identidad propia. Es decir, el niño ya llega a la escuela con unos cimientos mal construidos, pues los padres a veces constituyen el peor lastre como agente educador. Por ello, el papel del docente –y también el de la familia- debería ser el de hacerle reflexionar al alumno sobre lo que ya sabe y enseñarle todo el abanico de posibilidades y creencias que le esperan en el mundo que aún desconocen, y que así sean ellos los que reflexionen sobre qué les resulta más válido. De este modo podrán crear una personalidad con un criterio que ha nacido del debate en las aulas, de que cada vez que tengan una duda no sea el profesor quien le dé una respuesta gratuita y masticada, sino que hagan el esfuerzo de activar sus mentes y de llegar por sí mismos a resolver sus dudas. En este caso, el profesor debería ser un guía, la chispa que encienda sus curiosidades e inquietudes, aquel que les sirva de detonante para que sus ansias de saber y conocer exploten y salgan a la superficie. El alumno debería ser un ser autónomo y el encargado de satisfacer su hambre de conocimiento, y el docente y la familia, los guías que le facilitaran ese proceso.

Sin embargo, en lugar de eso, tenemos profesores que nada más entrar por la puerta critican a sus compañeros y a sus jefes. Son inquisidores disfrazados de maestros que fomentan la competición y dan la espalda a la cooperación. No diferencian entre el sobresaliente de un alumno que lleve 9 meses trabajando e interesado en aprender, y en el de otro que se meriende los apuntes la tarde de antes sin haberse esforzado a lo largo del curso, porque el sistema no funciona así. Solo importa el fin. Crean alumnos que se sienten superiores si son de ciencias mientras llaman tontos a los que les gustan las letras. ¿Qué tipo de personas esperan crear entonces?

Qué tan inútil resulta la evolución cuando no trae mejoras consigo. Qué atrás quedó la escuela de Platón que constituía un centro de reflexión.

No recuerdo, a excepción de la de filosofía, psicología y ética, ningún otro profesor o profesora que nos dejara hacer preguntas libremente, sin constreñir nuestra mínima curiosidad para “no perder el tiempo”. Lo que es bueno ya está establecido en las aulas y no interesa que los alumnos sean diferentes entre sí, sino que nos quieren hacer iguales a todos. Las mismas asignaturas con el mismo peso, sin ninguna capacidad de elección. Creo que es importante que haya asignaturas comunes que nos creen los conocimientos básicos de cultura general, pero ¿deben ser todas así? ¿No debería acaso haber asignaturas que nos permitieran elegir qué queremos ser el día de mañana, que alimentaran una vocación?

Creo que la escuela es necesaria, pero no está bien diseñada. Me parece igual de inconsciente el sistema educativo actual que la actitud abolicionista sobre los colegios –a mi parecer, existen escuelas alternativas, como las libertarias, que son una opción muy consciente y válida-. Una enseñanza en casa no cubriría las necesidades de socialización y estimulación que ofrecen las aulas a los niños, sin embargo, mal aprender a cualquier precio tampoco es una opción.

Cuantas voces experimentadas hay acalladas por los oídos sordos de políticos inexpertos. Cuantas decisiones mal tomadas por personas que no están cualificadas y que afectan a algo tan primordial como educar a una persona. El sistema está podrido de raíz, así que jamás podrá nacer una buena elección, ni en el terreno de la educación, ni en el de la sanidad, ni en ninguno, si aquellos que mandan solo buscan un beneficio propio que se aleja de la urgencia de dejar de crear canallas y generaciones perdidas. Así que antes de pretender encontrar el sistema educativo ideal, habrá que educar a los responsables de tomar tal decisión o en su defecto desbancarlos y poner en su lugar a personas aptas y preparadas. ¡Buena suerte con ello!