domingo, 14 de noviembre de 2010

Sol

Me ha recordado al verano. No sé. Creo que han sido los desayunos bañados de sol en la butaca de siempre, con la mesa de nunca. Creo que el canto de los pájaros me ha hecho caer en esa red de hipnotismo, en ese círculo vicioso que enlaza con el olor a leña de los domingos a esta hora y que se anexa a un gato anaranjado corriendo tras de insectos que alzan su vuelo para celebrar un día más tan perfecto. Que incluso el viento que me está despeinando se convierte en una caricia que me lleva al éxtasis. Y el té de almacenes Harrods me recuerda que el calor que aquí me envuelve es el que allí me desampara tan gustosamente.
Me ha recordado al verano abrazada a libros llenos de historias. A mi propia historia. Phantom Planet resonando en mis oídos hace resurgir la chispa en mi estómago. De repente...MÁS ganas de viajar. De ir aquí, de volver de allá."El valor para marcharse el miedo a llegar" ¿Quién dijo miedo?
El aire arranca con más fuerza. Típico. Se abrava con el paso del día y se amansa por la noche, agotado de correr de un lado a otro, eufórico de tanto empujar olores arriba y abajo.
Esta noche he vuelto a soñar. Sorprendentemente, he tenido un tranquilo despertar. Soñar con esas personas no me ha trastocado. Porque esto me recuerda al verano. Porque el té de Harrods me hace feliz. Porque he estado sentada en la butaca de siempre, con la mesa de nunca.
Son tiempos diferentes para esta inestable soñadora. Pero diferente significa novedoso. Lo novedoso es una aventura. Me gustan las aventuras.
Y además, no me importa si el viento me despeina. Ya amainará.

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