lunes, 6 de junio de 2011

Último capítulo.

( Continuación de la parte 26, sita en www.elcalidorincondelprocrastinante.blogspot.com )

Bueno queridos, supongo que me toca a mí acabar lo que este par de tortolitos empezaron. Y es que es difícil escribir desde lo alto de una pirámide en Egipto, o desde la bolsa de un canguro, o yo que sé donde demonios estarán ahora.

Mi nombre, para el lector ingenuo, es Catherine Harper. Fui testigo involuntaria de como mis pequeños pupilos veían sus vidas entrelazándose entre las paredes de lo que ha sido y será mi hogar. Las paredes que arropaban a este edificio que ha sido escenario de una historia llena de lucha, entrega, engaños, amistad y amor, sobre todo, amor.

Y antes de zambullirnos de lleno en ese desenlace que todos ansiáis saber, no puedo dejar pasar la oportunidad de transmitir mis agradecimientos a Alison por su espíritu de entrega, su profesionalidad impregnada de sentimientos y sus ganas de hacer de aquello que le rodea un mundo mejor, y Aaron, por su perseverancia, su hacer del trabajo un sueño, su disposición absoluta hacia todos nosotros y sus ganas de hacer justicia. Gracias chicos, porque sin vosotros nada de esto que os voy a contar hubiera sido posible.

Aquel viernes 23 de abril corría una leve brisa cálida que invitaba a pasear al aire libre. Pero allí estábamos todos, una vez hechos los saludos pertinentes y cumplido el protocolo, sentados a la mesa esperando que Josh Carruthers, el presidente honorífico de News Corporation, terminase su infinito discurso, enumerando las características que su empresa buscaba en las nuevas incorporaciones.

"...Un grupo unido, estable, comprometido con su tarea. Al que no le importe remover cielo y tierra para conseguir lo que sea necesario para hacer un buen trabajo, el mejor.."

El soporífero anciano concluyó con una sonrisa bonachona y una inclinación para recibir los aplausos y dejar paso a la tensión que portaba aquella chica en una bandeja de plata, envuelta en un sobre escarlata.

-Tras numerosas deliberaciones, y teniendo en cuenta la intachable trayectoria de esta revista, News corporation, ha decidido, por una mayoría absoluta en su junta de accionistas, que han de premiar el esfuerzo, la constancia, la entrega, el saber reinventarse y la infinita paciencia que han demostrado ante los avatares que se le han presentado. Por todo ello, felicidades...... Voice.

El tumulto y el griterío que se organizó en aquella sala fue memorable, yo estaba llorando abrazada a Alison, cuando de repente Aaron me la arrebató para plantarle un beso de los de película francesa para después soltarla rápidamente y correr a abrazar a sus chicos de redacción. En mitad de la vorágine de abrazos, y felicitaciones escuché al locutor.

-...Catherine, por favor, acérquese al atril.

Mientras iba de camino a ese atril desde el cual me reclamaban, mis compañeros intercedían a mi paso para darme un abrazo o simplemente lanzar una felicitación al aire. El abogado de Voice, que había pasado la noche haciendo manitas con nuestra relaciones públicas, dio un leve tirón de mi brazo y me aclaró aquello que me hacía lucir todavía un semblante lleno de incrédula alegría, "Harper, lo de la radio, lo de Monde...era todo una artimaña para hacernos flaquear...nunca tuvimos perdido este puesto..." y mientras continuaba, esta vez más tranquila, mi camino hacia el escenario gritó lleno de satisfacción "¡disfrútalo!, ¡Es tuyo!"

- Querido público que os hallais aquí reunidos. Gracias... - comencé mis discurso conteniendo la emoción y aprovechando para respirar, los segundos que el estruendo de aplausos me concedía. - Mi querido compañero, el señor Montgomery, abogado de Voice y un amigo fiel, me gritaba ahora mismo que disfrutara de este premio porque es mío. Pues, letrado, se equivoca usted - rieron todos- este premio no es más mío que vuestro. De este equipo humano e implacable, de esos corazones tan grandes que se han volcado durante estos últimos meses en su trabajo, de este público que nos lee, que nos aprecia y que nos quiere... Todos los aquí presentes hemos colaborado poniendo un granito de arena en este proyecto. Incluso nuestros oponentes nos han hecho más fuertes y nos han dado las herramientas necesarias para crecer y crecer sin parar, a pesar de haber insistido en resquebrajarnos por dentro. Quiero hacer mención especial a nuestra pluriempleada, redactora, columnista, amiga y mayor afectada, Alison. Tan pronto como me enteré de que inexplicablemente estaba libre la quise dentro de esta familia, puso sus ilusiones y una gratitud inmerecida en este trabajo y amplió nuestras miras. Un buen día, me hizo una propuesta, contratar al señor Aaron Brooks, antiguo empleado de Monde, para entre los dos, darle un giro inesperado a nuestra revista. Que gran acierto fue subiros a ambos a bordo, gracias por vuestra implicación y por no haber tirado la toalla aun habiéndoos convertido en el centro de esta diana. Formáis un gran equipo chicos. [...]

La nuestra fue una noche de fiesta y celebración. Y aunque Alison y Aaron no tenían esa chispa que les había venido siguiendo los últimos días, no dejaron de intercambiarse miradas. Apenas recuerdo mucho más de esa noche. Por lo que pude saber, al día siguiente, Alison acudió en son de paz al piso de Aaron, y después de charlar durante un rato y calmar el enfado de Aaron, acabaron declarándose lo propio entre el roce de las sábanas. Poco después me llego un mensaje diciendo que ambos se iban de viaje a Egipto o Australia o Francia, o al primer destino que saliese desde el aeropuerto cuando llegasen.

¡Ay!, quién fuera joven para andar triscando por ahí de la mano de un joven apuesto... En fin, disfrutad queridos, un beso de vuestra jefa que os quiere.

Catherine Harper

.....2 años después.

- Hace una noche estupenda Aaron, esta terraza bien merece todos los dólares que has tenido que desembolsar...
- Vince, no pienses más en el dinero- espetó Sophie- aprecia el cielo, ¡mira qué despejado y qué repleto de estrellas!
-Si Vince... no pienses más en los dólares de esta terraza y échale cuentas al vino...¡Qué aroma! ¡Qué gusto! Pues si que os va bien... qué va a ser lo próximo que saques de la cocina un poco de...
- ¡Jamón ibérico! directamente traído desde España- salía Alison de la cocina con un plato bien cargado de tal manjar.
- Véis como llevaba razón... -dijo entre risas.
- Sí, Sam, pero esto no es cosa nuestra, dale las gracias a François y a su querido Roberto que nos han traído este obsequio de su viaje a España.
- ¡Por François y Roberto! -alzó su copa Vince iniciando un brindis.
- Aaron, cariño, el perro está ladrando, ¿por qué no le sueltas la correa y lo dejas que corra por el jardín?
- ¡Voy!
-¿Cómo lleva Aaron lo de la pérdida de Shawn? -preguntó Sophie a Alison entre susurros.
- La verdad es que fue muy duro... Shawn era un perro especial y a nivel emocional significaba muchas cosas para Aaron... De todas formas nos vino genial que nos regalaras uno de los cachorritos de Bilma.
- Sí...ya sabes lo que dicen...un Golden por otro Golden -y ambas se echaron a reír.

El pequeño Shaq salió correteando disparado hacia Alison y se subió en su regazo mientras todos míraban la escena alarmados.

- Vaya querida, pasa el tiempo y las cosas no cambian, los perros siempre sentirán debilidad por abalanzarse contra ti...- bromeó François.
- ¡Oye!, deja a mamá, ¡perro malo! -llegó Aaron con fingida preocupación, como si hablase con un bebé.
- ¿Entonces cuando te dicen si es niño o niña? -preguntó Sam entre las risas de los demás.
- La semana que viene, no, ¿cariño?.

Se cruzaron las miradas de los futuros padres provocando un "ooh" generalizado cuando los presentes observaron la infinita ternura que había en ellas.

Y colorín colorado...

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