lunes, 9 de agosto de 2010

Se llama Ana

El contador de su vida ya marca tres días. Ana, con ojos almendrados, nariz de su madre y labios de fresa, ya está aquí. Un deseo por fin tangible.
Es una vida más en el mundo. Es un antes y un después para una familia.
No sabría describir lo que sentí al verla por primera vez, ni siquiera puedo expresar el vuelco que dió mi cuerpo cuando me avisaron de que estaba en camino. Y tampoco podría hablar, si me remonto a Diciembre, sobre las primeras lágrimas de emoción que aparecieron ante la confirmación de un embarazo.
Sus deditos finos, pequeños y delicados, su suave piel, su pelito de seda, el aroma que desprende, su cabecita redonda, la inexistencia de sus cejas, sus minúsculas uñitas, su espaldita abarcable por una de mis manos...su dulzura, su tranquilidad, su mirada perdida, su constante movimiento, las expresiones de su carita...su sola presencia, hacen enmudecer hasta a la más parlanchina del lugar.
Después de 9 meses esperándola, ya tengo toda la vida por delante para disfrutarla.
Tanto amor en apenas 2 palmos. Tantos sentimientos destinados a "algo" tan pequeño y delicado.
Tantas ilusiones depositadas en una personita que acaba de estrenarse en el mundo.
Han pasado solo tres días, pero la estoy queriendo desde hace mucho tiempo.
Bienvenida al mundo enana.

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