martes, 31 de agosto de 2010

Somos

Dibujaron bosquejos aislados de futuros inciertos y brindaron por ello con las copas vacías del champán que ella nunca quiso que mojara sus labios.
Cuan organizado es este caos que todo rige, que sobre todo gobierna. Resulta que a pesar del aparente desorden, todo está estratégicamente estructurado, todo se dispone sobre una tela de días que cuentan meses y forman calendarios, todos llenos de casualidades no tan casuales.
Hubieron silencios cargados de música. El tiempo se congeló, las manecillas del reloj cumplían en vano su función, sin que ninguno de ellos le prestara demasiada atención. ¿Había acaso que madrugar?
No existían los tardes ni tempranos.
Por unos días, daba igual si el sol salía por el oeste y se ponía por el este. No importaba si la estrella polar no estaba cerca de la osa menor o si Neptuno pasaba de ser el Dios de los mares, las nubes, las lluvias...a convertirse en el nombre del centro comercial más cercano.
Deshizo los nudos de su cabello, y ya de paso, los de su corazón. Desenredó mechones de miedos y desenmarañó sentimientos revueltos, con una trayectoria dudosa pero un claro destino: el salón lo decorará ella.
Él aportará la constancia que necesita cuidar de una mascota. Sus clínicas tendrán té y pizarras. Y no, no harán planes. Solo algunos esbozos que dibujan un sueño ahora válido y ahora presente.
No guardará trastos debajo de su cama que impidan que fluya la energía correctamente.
Pulcro almacén recientemente vaciado y limpio hasta en la última esquina.
No se gafa un "somos" por repetir sin querer costumbres que componen la esencia de una persona.
Se acabó esa canción. Se acabó el silencio.

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