domingo, 24 de octubre de 2010

Revoltillo

Atrás quedaron los bofetones de aire frío en la cara, los paisajes rojos, verdes y naranjas, los cuantiosos tés y la internacionalmente buena compañía.
Pero continúa mi estado pensativo...

Siempre igual.
Nunca se debería de decir siempre. Siempre deberíamos evitar decir nunca.

Tengo una guerra interna. Me planteo mi propio futuro. Y luego, me digo a mi misma que no se tiene que pensar en el día de mañana. Solo hay que esforzarse por crear el instante presente.

Han renacido ilusiones y pasiones que hace algo más de 2 años empecé a enterrar. Cuidadosamente envolví un trocito de mi personalidad y un cachito de mis sueños en una bolsa de plástico hermético para que no se estropearan. Cavé con empeño un profundo pero localizable hoyo y deposite mi lado más independiente y aventurero.
Ese que me hace ser una apasionada y desbocada comensal, hambrienta de mundo y de culturas.
Hambrienta de Europa y hambrienta de América.

Me volví algo más conformista, tranquila y tradicional. ¿Yo casandome al terminar la carrera? No me lo creo ni yo.
Quise trabajar para comprarme ropa y caprichos. ¿Ropa antes que viajes? No por Dios.

Ahora tengo que lidiar con la sensación de sentirme un pájaro enjaulado hasta que termine la carrera (la cual quiero cursar entera en Granada), y con la de sentirme afortunada por la ciudad en la cual vivo y por la Universidad en la que estudio.

Mencionaría también a personas. Pero esto no va de personas. No trata de eso. No van por ahí los tiros.

Reconozco que ando un poco abstraida. Que la incertidumbre tan enorme suele corroerme. Pero como ya dije hace unos días, la vida es divertida solo porque nunca sabes lo que puede pasar mañana.

Soy pura contradicción. Lo sé. Por ello es mi estado. Si tuviera algo claro todas estas palabras no existirían.
Y todo pasa por algo, ¿no?.

Sea lo que sea lo que esté ahí delante, seguro que es magnífico.

:)

1 comentario:

  1. "Nunca se debería de decir siempre. Siempre deberíamos evitar decir nunca".
    Dos magníficas frases, son muy profundas.

    Seguramente habrás leído en alguno de los sobrecitos de azúcar que dan en la cafetería de nuestra querida facultad una frase que dice: Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es todo tuyo.

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