El tiempo a veces se para. Para, no avanza, avanza un poco y se vuelve a parar.
Eternidad efimera, efimera, pero al fin y al cabo se hace eterna.
Me muevo entre un cúmulo de tareas pendientes, de cosas por hacer. Actividades que juegan a descentrarme de lo que realmente suele rondar mi cabeza.
No es malo. Es algo, cuanto menos...enigmatico.
Tengo tanto que hacer...trabajos, presentaciones... Sería más eficiente con alguna escapada de por medio. O con algún olor robado de cuello ajeno. Olores que armonizan y que impregnan mis pañuelos con su fragancia.
Estoy contenta, Granada huele a vida y a veces, cuando la ocasión lo merece, yo huelo a j'adore...
[ voy a seguir con William James... a ver que saco de aquí...¬¬ !!]
el tiempo...
ResponderEliminar